miércoles, 18 de septiembre de 2019

Joumana Haddad

Joumana Haddad


Joumana Haddad, poeta, traductora (habla siete idiomas) y periodista, nació en Beirut (1970). Entre las poetas contemporáneas libanesas, como Inaya Jaber, Nada el Hage y Suzanne Elaywan, es la que más destaca por las razones que encontrarán aquí al leer sus poemas, que pertenecen a su antología Cuando me hice fruta publicada en Caracas (Monte Ávila, 2006). Sus otros libros publicados son: El tiempo de un sueño, Beirut, 1995; Invitación a una cena secreta, Beirut, 1998; Dos manos hacia el abismo, Beirut, 2000; No he pecado bastante, Antología, El Cairo, Egipto, 2004; El retorno de Lilita, Beirut, 2004. Antes, Joumana responde algunas preguntas que le formulé vía e-mail:

¿Cómo te iniciaste en la poesía? ¿Qué o quiénes te influenciaron?

Me gustaba muchísimo leer desde muy niña, y la escritura, particularmente la poesía, vino a mí muy espontáneamente, como un milagro esperado. Entonces pienso que lo que más me acercó a ella es la lectura, pero estoy convencida también que era para mí un destino inevitable: como una gran historia de amor que tenía fatalmente que suceder un día u otro. Empecé a escribir cuando tenía no más de 11 años. Lo primero que escribí fue una serie de cuentos para niños, que se parecían mucho a lo que solía leer. Hasta que un día leí un poema del poeta francés Paul Eluard, titulada “Libertad”. Ese poema, muy sencillo pero muy fuerte al mismo tiempo, expresaba exactamente lo que yo sentía en mí misma, y fue como una chispa que hizo nacer la voz de la poesía en mí. He crecido leyendo maravillosos escritores y poetas del mundo entero. Así, en la comunidad de mis “padres” y “madres” literarios, hay poetas como el francés René Char, la americana Sylvia Plath, el chileno Pablo Neruda, el alemán Rainer Maria Rilke, la argentina Alfonsina Storni, el portugués Fernando Pessoa, etc. Y hay novelistas como el italiano Italo Calvino, el colombiano Gabriel García Márquez, el alemán Franz Kafka, el ruso Fedor Dostoievski, el americano Henry Miller. Además, no hay duda que la poesía de mi país, el Líbano, sobre todo la poesía moderna, me ha influido muchísimo, sobre todo el gran poeta libanés Ounsi El Hage.

Aunque es largo para mencionarlo, me gustaría saber la visión que tienes de la tradición poética de tu país.

Nosotros árabes tenemos una gran tradición poética, entonces voy a hablar solo de la modernidad. En mi país, el Líbano, numerosos poetas participaron y siguen participando en la innovación de la poesía árabe. Este proceso de cambio comenzó con la prosa, modernizada por el gran escritor libanés Gibran Khalil Gibran, para concluir luego, de manera evidente, hacia finales de los años cincuenta y sesenta; proceso en el qué jugó un papel decisivo la revista poética vanguardista “Shiir” (Poesía), desde 1957. Podemos decir, sin ninguna exageración, que la poesía árabe debe la mayor parte de sus mutaciones al grupo de esta revista, que fundó el poeta sirio-libanés Yussef Al Khal, en Beirut. A través de ella irrumpieron las voces poéticas modernas más notables del siglo veinte, como Ounsi El Hage, Chawki Abi Chakra, Adonis, Fouad Rifka, y otros. Poetas del sueño y de la libertad, con ellos comenzó, bajo la influencia decisiva del surrealismo occidental, una etapa de experimentación, ruptura e invención en el mundo poético árabe. Este período estuvo signado por un intento renovador absoluto, lejos de la historia poética tradicional, con palabras, símbolos y temas usados hasta el hastío.

¿Podrías hablarnos sobre la poesía escrita por mujeres en tu país?

No existe un movimiento poético de “mujeres”, pero hay numerosas mujeres poetas. La verdad es que a mí no me gusta esa separación de los escritores entre hombres y mujeres, porque la escritura en mi opinión no tiene sexo, o más bien, es un ser andrógino.

Ejerces el periodismo cultural. ¿Podrías hablarnos de esta labor? ¿A quiénes has entrevistado?

Me he entrevistado con varios autores internacionales, como José Saramago, Paul Auster, Umberto Eco, Yves Bonnefoy, Peter Handke y otros. Y recibí el Premio del Periodismo Árabe 2006 por mi entrevista al escritor peruano Mario Vargas Llosa. Hago todo lo que puedo para proteger mi mundo poético de los peligros “intoxicantes” del periodismo, un campo que a menudo no es ideal, tenemos que admitirlo. Pero como el poeta en nuestro mundo árabe, y quizás en todo el mundo, desgraciadamente, no puede vivir de su poesía, y como todos tenemos que trabajar, el periodismo cultural es una actividad paralela soportable, y un buen medio para vivir.

¿Qué nos puedes decir sobre los acontecimientos terribles que asolan a tu país?

¿Qué decir? No hay palabras para describir la inmensidad de nuestro dolor, de nuestro furor también. Lo que ha pasado es una tragedia humana, económica, social, etc. Una tragedia verdadera a varios niveles. Todo lo que hemos luchado para construir durante los 15 últimos años en el Líbano, ha sido destruido en pocos días. Ha sido una guerra injusta en la cual los civiles libaneses han pagado el precio de una culpa que la mayoría de ellos no ha cometido.







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